
Sufrir la pérdida de un ser querido es una experiencia bastante dura. Una parte de nosotros muere con él. Cuando ese ser querido es un hijo, la vida se hace pedazos. Los padres no están preparados, es antinatural, devastador.
«Cuando mueren tus padres, has perdido tu pasado. Cuando muere tu hijo, has perdido tu futuro».
Autor desconocido.
El duelo gestacional trae consigo además el hecho de que suele vivirse de forma silenciosa, negado. En una sociedad que vive de espaldas a la muerte, la pérdida de un hijo durante el embarazo o inmediatamente después de su nacimiento (muerte perinatal) se convierte en un «duelo desautorizado». No hay bebé al que enterrar, no quedan recuerdos.
La sociedad desconoce esta pérdida e invita a los padres a dejar pasar, a dejarse rápidamente. Conozco a alguien que perdió a su bebé recién nacido y en una oportunidad, en una celebración del día de las madres alguien le dijo «felicidades, oh no, es verdad, tu no eres mamá».
La muerte perinatal es una de las peores pérdidas que puede vivir un ser humano. Un acontecimiento que viene a traer alegría y esperanzas, como lo es la llegada de un hijo, se ve empañado por la tristeza, la desolación.
Los padres que han vivido un duelo gestacional nunca volverán a ser los mismos y saben con certeza que es una pérdida que no se supera. Sólo se aprende a vivir con ésta día a día.

¿Cuál es el papel de la doula ante la pérdida gestacional o perinatal? Qué pueden hacer los familiares o amigos de estos padres?
El papel de la doula ha sido siempre el de acompañar. Por lo tanto, contar con el apoyo y el acompañamiento de una doula durante el duelo gestacional puede contribuir a transitar este difícil camino de una forma menos traumática.

Los familiares y amigos, por otro lado, también pueden acompañar, sobretodo con palabras y gestos que demuestren compasión y empatía. Dedicando un recurso tan valioso como lo es el tiempo.
Permitiéndoles que expresen sus sentimientos y emociones. Sin minimizar, sin juzgar.
Evitar frases como: «Dios sabe lo que hace», «eres joven, tendrás mas hijos». «Ahora tienes un angelito», «El tiempo lo cura todo», «Todo pasa por algo», «Al menos no llegaste a conocerlo bien».
Llamar al bebé por su nombre.

Ofrecerse a realizar tareas domésticas, trámites legales o, si los padres lo desean, algún ritual de despedida, incluyendo la conservación de recuerdos del bebé. Ayúdales a tomar decisiones, sin forzar.
Evita decirles que entiendes su dolor si no has pasado por algo similar. No intentes encontrarle algo positivo a la muerte.
Si estás pasando por la pérdida de tu bebé, quiero decirte que aunque nadie puede sentirse como te sientes en este momento, deseo que mis palabras te hagan sentirte acompañada.
Si eres familiar o amigo de alguien que está viviendo un duelo gestacional o perinatal, espero que este post te ayude a acompañarles.
Un fuerte abrazo.
Bibliografía
El duelo como mecanismo de invisivilización de las mujeres. Síndrome de la Impostora
Duelo gestacional. El duelo invisible.
Apoyo en el duelo gestacional y perinatal.
Guía para la atención a la muerte perinatal.
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